En un sistema político dominado por el bipartidismo corrupto, tanto la izquierda como el centro-derecha se llenan la boca de promesas sobre la defensa de las mujeres, pero sus acciones revelan una hipocresía absoluta que prioriza el poder y los intereses partidistas sobre la justicia real. El PSOE, autoproclamado campeón del feminismo ideológico, encubre acosadores en sus filas mientras sus leyes fallidas liberan violadores. Por su parte, el PP de Feijóo lanza propuestas vacías que no van más allá del postureo, manteniendo una ambigüedad calculada para no molestar a aliados incómodos y sin haber cambiado nada cuando gobernaba. Es hora de romper con este circo: las mujeres necesitan medidas drásticas, penas endurecidas y un enfoque sin ideologías que proteja a todas las víctimas, no solo a las que encajan en agendas políticas.
El escándalo de Francisco Salazar: el PSOE protege a sus depredadores
El caso de Francisco Salazar, exasesor en Moncloa y hombre de confianza de Pedro Sánchez, expone la podredumbre del PSOE. Dos militantes presentaron denuncias en julio de 2025 por acoso sexual, detallando un entorno «irrespirable» con actos como «subirse la bragueta en tu cara y escenificar felaciones»..
El expediente se evaporó misteriosamente del sistema informático durante semanas, sin investigación alguna en cinco meses. Solo tras la filtración mediática, Ferraz reconoció las denuncias y ofreció un apoyo superficial: “Estamos a tu disposición para todo aquello que necesites, quieras emprender o quieras consultar”.
La furia interna explotó en chats del partido, donde responsables de Igualdad demandaron remitir el caso a la Fiscalía: “Esto no se puede zanjar como si no hubiera pasado nada. Queremos que nos expliquen qué ha pasado, qué se hizo y hasta dónde estamos dispuestos a llegar en este asunto que mancilla las siglas de un partido que lleva a gala la bandera del feminismo”.
Fuentes adicionales confirman el caos. Informaron que la dirección falló en calmar los ánimos en una reunión urgente.. cadenas de televisión describieron el «lenguaje hipersexualizado, abuso de poder y comentarios humillantes» de Salazar..
El Mundo subraya cómo estas denuncias ridiculizan los protocolos del PSOE, con víctimas aterrorizadas.. ABC detalla la convocatoria urgente en Ferraz, admitiendo que las expresiones de Salazar eran «vomitivas».. El Confidencial revela además corrupción, con Salazar cobrando sobres de Ferraz..
Incluso desde ángulos críticos, como en Libertad Digital, se destaca la consternación del PSOE por la salida a la luz de las denuncias..
El caso de Torremolinos: un patrón de impunidad en el PSOE
No es aislado. En Torremolinos, una militante acusó al secretario general local, Antonio Navarro, de acoso mediante «mensajes de contenido sexual, insinuaciones y proposiciones no consentidas», generando un ambiente «intimidatorio, degradante y humillante»..
El partido alega investigación y remisión a la Fiscalía de Violencia sobre la Mujer, proclamando un «compromiso inquebrantable con la igualdad». Pero la inacción inmediata revela que sus protocolos son papel mojado, permitiendo que los abusadores sigan en puestos de poder.
Feijóo y el PP: promesas vacías y ambigüedad calculada
Alberto Núñez Feijóo promete extender la prisión permanente revisable a violadores reincidentes, ante un 217% de aumento en violaciones, y trasladar competencias al Ministerio del Interior..
Afirma: «No puede defender a las mujeres quien las abandona». Pero estas promesas suenan a nada: el PP ha mantenido ambigüedad durante años para contentar a socios, negando en la práctica reformas reales. Medios destacan cómo Feijóo condena ahora la violencia machista tras «años de una calculada ambigüedad para contentar a Vox».
Feijóo habla de «más dureza con violadores», pero sin romper con el sistema fallido. El PP no ha impulsado cambios radicales en el poder. Es más de lo mismo: retórica sin acción contra las leyes ideológicas que liberan criminales.
Críticas desde la izquierda, como Podemos afirmando que estas propuestas «ponen en riesgo a las mujeres», ignoran sus propios fallos, como las pulseras antimaltrato defectuosas. Pero el verdadero debate es que ni PSOE ni PP abordan la raíz: inmigración descontrolada, leyes blandas y feminismo ideológico que han instaurado que divide en lugar de unir. Como denuncia Vox, las agresiones sexuales casi se han triplicado bajo Sánchez, exigiendo medidas contra la «hipocresía» en prostitución y violencia.
Este enfrentamiento lo único que demuestra es que el bipartidismo usa la violencia contra las mujeres como arma política, en lugar de priorizar penas perpetuas reales, protección igualitaria y fin al buenismo que libera depredadores.