Los autónomos ganan

Escrito el 04/12/2025
Equipo NE

Hacienda ha cedido a las presiones y ha pospuesto la implantación de VeriFactu. Este sistema de facturación electrónica amenazaba con sumergir a pymes y autónomos en un exceso de burocracia digital. Lo que el Gobierno presenta como un «respiro» es, en realidad, la admisión de un fracaso: una normativa apresurada y cargada de costes innecesarios para quienes impulsan la economía real de España. ¿Se trata de una concesión temporal o del inicio del fin para las políticas fiscales asfixiantes de la izquierda?

¿Qué es VeriFactu y por qué se retrasa?

VeriFactu, promovido bajo el pretexto de combatir el fraude fiscal, obligaría a empresas y autónomos a usar software certificado para enviar facturas en tiempo real a la Agencia Tributaria. Esto implica un control estatal omnipresente que elevaría los gastos administrativos y complicaría la operativa diaria de millones de trabajadores por cuenta propia. El retraso anunciado –del 1 de enero de 2026 al 1 de enero de 2027 para sociedades, y hasta julio de 2027 para autónomos– busca, según fuentes oficiales, «facilitar la adaptación». Sin embargo, ¿no es esto un eufemismo para reconocer que el sistema está lleno de errores y enfrenta resistencias masivas?

Confrontemos los titulares de medios alineados con el Gobierno. Por ejemplo, El País presenta este retraso como una medida pragmática. Esta visión ignora el clamor de las asociaciones empresariales y de autónomos que han calificado VeriFactu como un «nuevo impuesto encubierto» sobre la innovación y la libertad económica. Se omite que el «respiro» llega tras meses de críticas de la oposición y el sector privado.

Desde una perspectiva más liberal, Expansión destaca cómo las protestas de pymes han obligado al Ministerio a recular. Esto no es una gracia del Ejecutivo, sino una conquista de los autónomos que resisten el intervencionismo estatal. ¿por qué insistir en un sistema que duplica esfuerzos cuando España ya lidera en digitalización fiscal? No es por un ajuste técnico el retraso, sino la prueba de una política fallida que prioriza el control sobre la eficiencia.

El conflicto es claro: mientras la izquierda defiende más control estatal bajo el pretexto de «justicia fiscal», por lo que nosotros abogamos es por desregulación que impulse el crecimiento. Este retraso es un triunfo parcial, pero urge una revisión profunda: ¿necesitamos más vigilancia o más confianza en los contribuyentes? VeriFactu discrimina a los pequeños emprendedores, favoreciendo a grandes corporaciones con recursos para adaptarse.