El presidente Zelenski califica el ataque en Yarova, Donetsk, como «brutalmente salvaje», mientras decenas de heridos luchan por su vida. El bombardeo ocurre justo antes de una cumbre clave en Londres sobre defensa aérea para Ucrania.
La guerra en Ucrania ha escrito este martes una de sus páginas más crueles. Un ataque aéreo ruso deliberado ha masacrado a más de veinte civiles, en su mayoría personas mayores, que esperaban en fila para cobrar sus pensiones en el pequeño pueblo de Yarova, en la región de Donetsk. La cifra de heridos asciende a 21, según ha confirmado el gobernador regional, Vadym Filashkin.
El ataque se produjo a plena luz del día, cuando un avión de combate ruso lanzó una potente bomba aérea sobre el punto exacto donde se congregaban los residentes. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha denunciado el bombardeo con una rabia visible, publicando en sus redes sociales imágenes devastadoras que mostraban cuerpos sin vida esparcidos entre los escombros y la destrucción.
«Un ataque brutalmente salvaje», sentenció Zelenski. «¿Asesinar a gente que simplemente hacía fila para recibir su pensión? Esto no es un acto de guerra, es terrorismo de Estado puro. El mal debe ser castigado».
El mandatario ucraniano aprovechó la tragedia para lanzar un nuevo y desesperado llamado a la comunidad internacional. «El mundo debe dar una respuesta apropiada», declaró, instando a Estados Unidos, Europa y a los líderes del G20 a imponer sanciones contundentes y a acelerar la entrega de sistemas de defensa que puedan detener esta carnicería.
El momento del ataque no parece casual. Ocurrió apenas unas horas antes de que los aliados de Ucrania se reúnan en Londres para coordinar un nuevo paquete de ayuda militar. Sobre la mesa, como punto más urgente, se encuentra la petición de Kiev de recibir más baterías antiaéreas para proteger a su población de la lluvia constante de misiles y bombas rusas que aterrorizan las ciudades lejos del frente.
Equipos de rescate continúan trabajando en Yarova, buscando supervivientes entre las ruinas del edificio pulverizado. Mientras tanto, los heridos han sido trasladados a hospitales cercanos, donde el personal médico lucha por salvar sus vidas. Este ataque no solo eleva la ya insoportable cifra de víctimas civiles, sino que también subraya la vulnerabilidad de la población ucraniana y la urgencia crítica de su demanda de un escudo para proteger sus cielos.