La UE revive el ‘Chat Control 2.0’ como caballo de Troya para la vigilancia masiva

Escrito el 20/11/2025
Equipo NE

En un nuevo intento por imponer un control sobre las comunicaciones digitales, la Comisión Europea ha resucitado su polémica propuesta conocida como ‘Chat Control 2.0’, un reglamento que, bajo la fachada de combatir el material de abuso sexual infantil (CSAM), obliga a grandes plataformas de chat como WhatsApp y Telegram a escanear los mensajes privados de los usuarios directamente en sus dispositivos. Esta medida no es más que un asalto encubierto a la privacidad individual, disfrazado de protección a la infancia, y ahora encuentra eco en Pedro Sánchez, quien promueve controles similares en las redes sociales españolas como excusa. Mientras la UE proclama «seguridad», los defensores de los derechos digitales denuncian un riesgo inminente de espionaje estatal y debilitamiento de las libertades fundamentales.

Analicemos el núcleo del debate a partir de los argumentos expuestos por la Comisión Europea y las críticas de los defensores de derechos digitales. En cuanto al cifrado de extremo a extremo (E2EE), la Comisión defiende que «es la única forma de acceder al contenido que hoy está ‘oculto’ por el cifrado para detectar crímenes». Sin embargo, los críticos replican que esto «rompe el cifrado», creando una «‘puerta trasera’ o debilidad (backdoor) que podría ser explotada por hackers o gobiernos autoritarios». Sobre la vigilancia, la UE argumenta que se trata de «una herramienta dirigida y automática, no una lectura humana», pero los opositores lo ven como «vigilancia masiva: trata a todos los ciudadanos como posibles sospechosos, socavando la presunción de inocencia y el secreto de las comunicaciones». En relación con los falsos positivos, la Comisión asegura que «la tecnología es precisa y se basa en contenido ya conocido», mientras que las críticas destacan el «riesgo de inocentes: los algoritmos de IA cometen errores. Un ‘falso positivo’ podría llevar a una persona inocente a ser investigada y ver comprometida su reputación». Finalmente, respecto a la ampliación del uso, la UE limita su aplicación al CSAM, pero los defensores advierten de un «deslizamiento funcional: existe el temor de que, una vez establecido el sistema, se amplíe su uso en el futuro para buscar otro tipo de contenido (terrorismo, propaganda, disidencia política, etc.)».

Esta propuesta no surge de la nada. La cronología revela un patrón persistente: el ‘Chat Control 1.0’ (Reglamento 2021/1232), aprobado en 2021, ya permitía escaneos voluntarios en mensajes privados, derogando temporalmente protecciones de privacidad. Ahora, el ‘Chat Control 2.0’ (Reglamento 2022/0155), presentado el 11 de mayo de 2022, busca hacer obligatorios estos escaneos masivos, incluso en comunicaciones cifradas, mediante el ‘escaneo del lado del cliente’ (CSS). Este sistema, incrustado en los dispositivos, revisa fotos, videos y textos antes del cifrado o después del descifrado, obligando a las plataformas a reportar coincidencias con bases de datos de CSAM a las autoridades. El debate se centra en privacidad versus seguridad, con críticos argumentando que un escaneo generalizado socava el secreto de las comunicaciones y crea vulnerabilidades explotables para vigilancia. Países como Alemania y Dinamarca han rechazado versiones previas, reconociendo los riesgos, pero la división en el Consejo de la UE persiste, con España mostrando apoyo inicial. masiva o ciberdelincuentes.

Pedro Sánchez se alinea con esta agenda y aun teniendo a medios comprados con subvenciones, parece ser que no se queda tranquilo y necesita un control total de la información anunciando tomar medidas bajo el pretexto de «proteger a los menores».

Esta iniciativa representa un exceso burocrático que prioriza el control estatal sobre la soberanía individual y nacional. ¿Por qué escanear chats privados si por ejemplo, no puedes abrir una carta ordinaria que no sea tuya? El objetivo contra el CSAM es válido, pero las medidas propuestas abren la puerta a abusos futuros, y la paralización del progreso legislativo.