En un panorama mediático dominado por narrativas progresistas que intentan minimizar el auge conservador, el evento Europa Viva 25 de Vox emerge como un terremoto político que sacude las estructuras del establishment europeo. Lejos de ser un mero mitin, esta cumbre celebrada en el Palacio de Vistalegre de Madrid congregó a más de 10.000 asistentes, un rotundo éxito que desmonta las predicciones catastrofistas de la izquierda sobre el declive de la derecha patriótica. Vox no solo consolida su base, sino que sube en las encuestas, atrayendo a jóvenes desencantados y posicionándose como la alternativa real al caos socialista. Mientras el PSOE y sus aliados se enredan en escándalos de corrupción, Vox capitaliza el descontento con un mensaje claro: defensa de la soberanía, la familia y la libertad frente al «califato de Bruselas».
El portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, no dudó en calificar el evento como «el éxito tremendo del Europa Viva 25», asegurando que las ideas del partido «siguen siendo las mismas» y que Vistalegre ha pasado de ser emblema de Podemos a símbolo de la España que no se resigna. Esta afirmación choca frontalmente con las críticas de la izquierda, que ve en estos encuentros una amenaza a su hegemonía cultural. Participaciones estelares como la del presidente argentino Javier Milei, quien vía video recordó la lucha contra el socialismo, o la de María Corina Machado, quien declaró que Venezuela entra en «fase definitiva de lucha por la libertad», ilustran la proyección internacional de Vox.
Pero el verdadero golpe maestro se revela en las encuestas: Vox alcanza su mejor resultado desde las generales de 2023, con un 17,4% de intención de voto, superando en cinco puntos su registro anterior y dejando al PP en su peor marca (30,7%). Según el barómetro de 40dB para EL PAÍS y Cadena SER, realizado entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre, Vox crece más de dos puntos, atrayendo votos del PP desencantado con su moderación. Otro sondeo de Sigma Dos para El Mundo sitúa a Vox en el 15,1%, con el PP en 34,4%, confirmando que el bloque derechista roza los 200 escaños. «Vox se consolida como el partido que más crece en intención de voto», destaca el análisis de Demócrata. Este ascenso es especialmente notable entre los jóvenes menores de 35 años, donde Vox seduce más que PSOE y PP gracias a su discurso identitario y presencia en redes.
El debate ideológico es ineludible: mientras la izquierda aboga por políticas de inmigración descontrolada y agendas woke que diluyen la identidad europea, la derecha de Vox defiende una Europa soberana, rechazando el «califato de Bruselas» como proclamó Santiago Abascal en el evento. «Nunca aceptaremos el califato de Bruselas», sentenció Abascal. Críticos progresistas acusan a Vox de radicalismo, pero los datos desmienten: el partido retiene el 86,7% de su electorado, superando la fidelidad del PP (71,2%) y PSOE (64,2%). En redes, el entusiasmo es palpable: «Cada vez son más los españoles que ven en VOX una esperanza de futuro», proclama un post con gritos de «¡Presidente, presidente!» para Abascal. Otro usuario resalta la intervención de Milei: «Queremos mandarte toda nuestra fuerza», en un video que une fuerzas conservadoras globales.
Esta subida en encuestas no es casual; refleja el rechazo al Gobierno de Sánchez, envuelto en casos como el de Santos Cerdán, y el atractivo de Vox para quienes buscan acción decidida contra la corrupción y la erosión cultural. La izquierda ingenua minimiza estos avances, pero la derecha sabe que el momento es ahora: erradicar el mal en su raíz para una España y Europa vivas.