La feria inmobiliaria The District, el evento más grande de Europa en su sector, deja Barcelona después de cuatro ediciones turbulentas y se traslada a Madrid. Este cambio no surge de la nada: es el resultado directo de años de hostilidad ideológica, protestas violentas y un desdén institucional que han convertido a Barcelona en un entorno hostil para los negocios. Mientras la capital catalana se enreda en políticas intervencionistas, Madrid se posiciona como un hub de oportunidades, atrayendo inversiones y eventos globales. ¿Representa esto el ocaso de Barcelona como destino empresarial o solo el inicio de una desbandada mayor?
Orígenes e impacto de The District
Lanzada en 2022 por el empresario Juan Velayos como sucesora del Barcelona Meeting Point –que no sobrevivió a la pandemia–, The District ha atraído a más de 14.500 profesionales de 37 países en su edición más reciente, con un impacto económico estimado en 35 millones de euros. Sin embargo, el evento ha enfrentado constantes sabotajes: en 2022, activistas bloquearon accesos; en 2023, arrojaron pintura a participantes, protestando contra inversores como Blackstone o Hines, a los que acusan de especulación en medio de la crisis de vivienda.
«Los fondos buitres de todo el mundo pretendían reunirse en Barcelona con toda normalidad para ver cómo seguir especulando, destruyendo vidas y barrios», denunciaba el Sindicat de Llogateres en un video de 2023 que encapsula esta agresividad. Estos episodios no son anécdotas; ilustran una animadversión sistemática impulsada por sectores radicales, que prefieren el caos callejero al progreso económico.
La culpa institucional: de Colau a Collboni
El núcleo del problema radica en la ausencia de respaldo oficial en Barcelona, un legado de administraciones izquierdistas. Ada Colau, exalcaldesa vinculada a movimientos antivivienda, nunca apoyó la feria, obligando incluso a un cambio de sede de Fira de Barcelona a L’Hospitalet. Bajo Jaume Collboni (PSC), la situación empeoró: se canceló una subvención de 250.000 euros para aplacar a los Comunes, quienes demandaban expulsar a los «especuladores».
Jessica Albiach, líder de los Comunes, celebró el traslado: «Es una noticia excepcional. Desde BComú ya solicitamos que no se subvencionara más la feria. Es una gran noticia que desde Barcelona y Cataluña echemos a los especuladores». Ni el Ayuntamiento ni la Generalitat condenaron los vandalismos, y el presidente Salvador Illa se mantuvieron al margen. En oposición, Madrid brinda estabilidad y entusiasmo: Isabel Díaz Ayuso, ha expresado «gran interés por acogernos», según Velayos.
Ayuso, en una visita reciente, enfatizó: «Así es como crece también una región. Y esto nos demuestra que somos uno de los lugares más atractivos para estar ahora mismo donde todo el mundo quiere disfrutar, crecer y que las oportunidades se sigan multiplicando para todos».
Lecciones de un éxodo recurrente
Este traslado evoca casos previos, como las amenazas al Mobile World Congress por inestabilidades similares. Barcelona debe reflexionar: su rechazo al capital privado la condena al retroceso, favoreciendo a competidores como Madrid. Sin un viraje, más iniciativas seguirán el ejemplo de The District, aislando económicamente a Cataluña.

