Alianza estratégica de Trump con el príncipe saudí: paso CRUCIAL para derrotar al orden mundial globalista chino

Escrito el 22/11/2025
Arturo de Armas

Por Arturo de Armas Lago, 22 Nov 2025 – 11:10 CEST para Nuestra España

El Presidente Donald Trump consiguió una inversión masiva de Arabia Saudí en la industria estadounidense.

Que los saudíes están –presuntamente- detrás del asesinato de un periodista colaborador de The Washington Post; que Arabia Saudí es un país con vínculos directos con los atentados del 11-S, que además es una nación donde se violan de forma flagrante los derechos humanos y donde las mujeres son ciudadanas de segunda clase, y que es una nación donde no existan libertades políticas ni de información etc… nada de eso importa, o importa bien poco, al presidente Donald Trump con los objetivos que tiene trazados para la región desde su anterior presidencia.

Hay que recordar que durante su primer gobierno, Trump minimizó la responsabilidad de Arabia Saudí en el caso del periodista asesinado, dando prioridad a la alianza estratégica con Riad, mientras que su sucesor, Joe Biden, prometió tratar a Bin Salmán como un «paria», aunque más tarde cambió –o le hicieron cambiar– de postura y se reunió con el príncipe en Arabia Saudí en el año 2023, empujando los intereses de Washington en la región.


Lo que sigue importando al mandatario norteamericano, independientemente de que los negocios que impulsan sus hijos, tanto en Arabia Saudí y como en resto de los países del Golfo vayan a buen ritmo… es la obsesión diplomática que tiene el Presidente Trump dentro de su visual geopolítica y es que Riad suscriba y reafirme “LOS ACUERDOS DE ABRAHAM” , que él mismo impulsó en su primer mandato y que suponen un reconocimiento de Israel por parte de los países árabes y musulmanes.


Los Acuerdos de Abraham


Para un camino que lleve a una paz duradera y al mismo tiempo establecer una normalización en las relaciones dentro de una de las regiones con más tensión del mundo, un grupo de países firmaron una serie de documentos conocidos como los “Acuerdos de Abraham ”; los mismos significaron una victoria importante para la regularización de las relaciones entre los países árabes e Israel.


Los“Acuerdos de Abraham”, firmados en septiembre de 2020, supusieron la normalización de las relaciones diplomáticas entre Israel, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, el Reino de Marruecos y Sudán. También fueron un triunfo diplomático de EEUU que, en los últimos años, ha acompañado un ascenso en influencia de su principal oponente geopolítico actual en la región, que no es otro que China.


A día de hoy se conoce que EEUU e Israel presionan para ampliar estos los acuerdos, y el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar ha dicho que Líbano y Siria son los siguientes objetivos. No es casualidad que el nuevo líder sirio, Ahmad Al Sharaa; fuera agasajado hace unas pocas semanas atrás en la Casa Blanca por el propio Trump; que levantó las sanciones al país comandado por alguien por el que EEUU ofrecía 10 millones de dólares hace escasos meses.


Trump desea a toda costa apuntarse un punto político importante para traer la paz en el medio oriente y es incorporar finalmente en ese complejo esquema de acuerdos a Arabia Saudí, al mismo tiempo de llegar el ansiado acuerdo final, reducir la influencia geopolítica y económica de China en la región, reduciendo su crecimiento en esta área geográfica, obligándole a seguir buscando alternativas para su escalada de expansión global, como ya lo hacen en los BRICS, en América del Sur, América Central y el Caribe.


Con este cuadro de fondo, Mohammed Bin Salman fue recibido en Washington con todos los honores: Cazas de combate sobrevolando la Casa Blanca a su llegada, caballería, redoble de tambores y una cena de gala con más de 200 invitados en lo que queda del Ala Este, con mesas decoradas con rosas blancas y velas.


En la cena del martes por la noche, el presidente y la primera dama, Melania Trump, vestidos de gala para tan importante ocasión, dieron la bienvenida al príncipe heredero en la alfombra roja, antes de agasajarlo por todo lo alto, con una cena a la que asistieron figuras destacadas del sector tecnológico como Jensen Huang, CEO de Nvidia; Elon Musk, fundador de Tesla; Tim Cook, CEO de Apple; e importantes figuras deportivas a fines a Trump como son el golfista Bryson DeChambeau y el futbolista Cristiano Ronaldo.

El presidente Trump declaró que Arabia Saudí es un “aliado principal fuera de la OTAN”: Una distinción especial, que si bien en gran medida es de carácter simbólica, si que otorga importantes beneficios en materia de defensa, comercio y seguridad al país árabe.

… “La alianza entre nuestras dos naciones es de las más importantes del mundo”, ha dicho en un foro sobre las relaciones con Arabia Saudí. “Y juntos, el príncipe heredero y yo estamos forjando una alianza más fuerte y poderosa como nunca lo fue antes”…

En otro orden de cosas Mohamed Bin Salmán, ha durante la reunión sostenida con el presidente estadounidense Donald Trump el martes pasado, que su país se comprometerá a aumentar sustancialmente la inversión en Estados Unidos en hasta casi un trillón de dólares (medida inglesa) en áreas como la tecnología y la inteligencia artificial.

«Vamos a anunciar que el aumento de los 600.000 millones (ya comprometidos con EE.UU.) a casi un trillón de dólares para inversión -inversión real y oportunidad real- en muchas áreas, entre ellas en tecnología y en IA», adelantó el heredero saudí desde el Despacho Oval.

Según ha explicado Trump ante los medios convocados en la Casa Blanca, el anuncio del aumento en la inversión por parte del príncipe y gobernante de Arabia Saudí, supone un síntoma de la buena imagen que proyectan los Estados Unidosen el mundo. Bin Salmán aseguró además, que los acuerdos alcanzados con la administración norteamericana sobre el comercio de chips informáticos encajan con las políticas de desarrollo impulsadas por su país, sin que afecte –recalcó- el bajo precio del petróleo en la actualidad.

Así pues, el Presidente Trump podría tener su particular «win-win», en esta más que posible victoria tanto en el apartado económico garantizando un caudal multimillonario aportado por los saudíes que representará un impulso estratégico para múltiples empresas norteamericanas y al mismo tiempo, implementando unos acuerdos que podrían traer la paz a una región que sufre los embates de una guerra cruel e interminable entre las naciones en conflicto.