En el tranquilo y minúsculo pueblo de Prado Negro, Granada, un conflicto vecinal escaló a una pesadilla de proporciones épicas. Después de acribillar a balazos a su vecino, un hombre de 61 años atrincheró en su casa a la esposa de la víctima, iniciando un tenso asedio que duró 13 horas. Más de 250 agentes, incluyendo la élite de la Unidad Especial de Intervención, se movilizaron en una desesperada carrera contra el tiempo. La madrugada finalizó con la liberación de la mujer y la captura del agresor, que ahora enfrenta cargos de asesinato y secuestro.
¿Qué otros sucesos de terror nos deparan los rincones más pacíficos de España?